Una sombra en el pasillo nos devora,
un hedor que ha empezado a sospechar,
la espera de mil horas que se encojen,
la rabia de alternar mi realidad.
Y no seré mas,
mas infierno que tus labios,
mas delito que no estar,
mas agotadoras lineas,
mas disparos,
mas alondras,
mas coñac.
El sueño fugitivo y triste,
aquel que no soñé jamás,
el mismo que alimenta mis nostalgias,
el mismo que interpreta mi ansiedad.
Déjame soluble y quieto,
sin mis ganas de explotar,
en colores y fragancias diminutas,
que casi te pueden tocar.
Llora,
llora el viento si lo ves,
llora el mar si te detienes,
si te pintas de delirio,
si me besas sin estar.
No olvidemos el futuro,
no me escribas la razón,
la locura es mi delito,
tus pinceles alas de jilgueros son.
Y si surgen de la tierra al fuego,
milenarios gritos de ilusión,
si me dejo morir en las montañas,
si las tardes no le temen al color.
Si las flores no son flores,
si los buitres piedras son,
si las ninfas son poemas,
y las sirenas son canción.
Si me duermo entre huracanes,
si desgasto mi dolor,
si no nos roza el viento tenue,
si no esquivamos la razón,
Vulnerables nos hallamos,
desnudos esquivando el sol.
intercambiamos ondas invisibles,
miramos en otra dirección.
Si me empiezo a volver loco,
si empiezo a tener razón,
si mañana no me escondo,
si mañana se quien soy.
Marlon Mendieta.
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