jueves, 30 de junio de 2011

Destino.

Quisiera pensar que estoy grabando mi propio nombre en un árbol llamado destino,
Quisiera marcar con tinta las huellas de mis errores y retirar las piedras de mi camino,
Quisiera saber que al amanecer voy a ser yo mismo pero simplemente no serlo,
Quisiera poder soñar que todo es tan solo un sueño y ¿por qué no? Soñarlo y saberlo.

Pero me encuentro en mis pasos, en mis huellas y en sueño,
En cada segundo pasado y en cada instante sin dueño,
Me veo en el reflejo opaco de  mi ventana ennegrecida,
Me siento en el momento justo de una noche envejecida.

¿Y qué puedo yo hacer? Si solo he parado para pensar,
¿Cómo puedo llegar? Si no sé a dónde caminar,
¿Cómo he de soñar la noche? Si es ya el día y no me he dormido,
¿Será lo que me dije algún día y en cualquier camino estoy perdido?

Al carajo el ensueño inútil, sigo trazando mi nombre en su regazo,
No sé si su nombre es destino, no sé si me extenderá su abrazo,
No puedo borrar mis huellas ni creer que soy lo que no he sido,
Pero puedo soñar despierto, porque así es como he vivido.

Y tal vez descubrir que mi nombre no es el único marcado,
Que en viejo tronco del destino alguien otra cicatriz ha dejado,
Que en la eterna madera de este árbol no de morir en soledad,
Que entre esquinas y callejones, en i navaja caprichosa encontré felicidad.

A la mierda el destino, y a la mierda la casualidad,
A la mierda mi camino, y a la mierda su bondad,
Solo yo marco mi nombre porque yo mismo lo he elegido,
Solo mis pasos me llevaran a donde yo lo haya decidido.

Y en mis sueños solo yo podre saber si ha sido mi nombre el marcado,
Y solo tú podrás ver si a su lado el tuyo también ha estado,
Ninguna huella a de borrarse, ninguna piedra ha de perderse,
Pero los nombres en este árbol ya no podrán borrarse.

Pancho.

Y te vas.


Y te vas briza de invierno,
Te vas opaco amanecer,
Derramas tu viento en mis pestañas,
Te vas volando.
La vejez besa mis pasos,
Y el olvido acaricia mis pétalos,
Te vas sonrisa,
Te vas calor,
Te vas fragilidad,
Desnudas mis contornos,
Los haces tuyos.
Los devoras,
Cansadas duermen las lágrimas en tu seda,
Se esconden los sueños en el viento,
Se quiebra el tiempo.
Se duermen tus sombras.
Aquella madrugada espesa,
Aquel delirio nos dejo volar sin alas,
Regalando inéditos besos,
Dejando caer al cielo en tus pecados,
En mi.
Rotos los recuerdos,
Pálidos y obscuros
Descocidos.
Se va tu piel,
Se van las ganas,
Se mueren tus paisajes,
Desvaneces,
Te pierdes,
Un beso en la frente del olvido,
Un seco parpadear
Una tristeza en las estrellas,
Una caricia sin dueño,
Y te vas.


Marlon M.

martes, 28 de junio de 2011

duerme conmigo.


Duerme conmigo,
Disuélvete en mis sueños,
Arrúgate en mis labios,
Tiembla.
Sonríe y tiembla.
Cuélgate de mis ojos,
Sueña,
Sueña conmigo.
Un mórbido consuelo espera,
Un corazón cocido al tuyo,
Un despertador nos roba las migajas de amor,
Una noche y un millón de estrellas.
Un amor vuelto loco,
Loco por ti,
Esconde en mis manos tu silueta
Entre sabanas inertes te busco,
Desespero junto al pánico,
Te vas.
Dejaste rotas las palabras,
Aquel corazón agoniza,
Tu piel se fue dejándome conmigo,
Triste compañía,
Amargo despertar,
Ahora te sueño,
Te invento,
Te espero,
Más solo que nunca,
Más viejo y cansado,
Volverás???
Te esperan las estrellas en mi techo,
El colchón se ha vuelto loco al verte marchar,
Una noche más,
Duerme conmigo.


Marlon M. 

jueves, 23 de junio de 2011

Locura noctambula.

Desde la comisura ingrata de los besos no dados,
Desde el lugar anhelado de los sueños perdidos,
Desprendiéndose del asfalto como el corazón de esta ciudad,
Y arrancándole al alma su mascara sin piedad,
Llega el momento preciso, aquel abrazo sincero,
Ese momento perfecto, absurdo y pasajero.

Ambiguo recordatorio de lo que tal vez nunca fuimos,
De aquello que nunca estuvo, de lo que nunca tuvimos,
Esa delicada tonada que no escuchamos al pasar,
Del lugar más seguro donde no pudimos estar,
El presente inexistente se ríe de nosotros desde el pasado,
Y el futuro insolente solo mira esperanzado.

Tu rostro purpura desdibujado entre los bordes marchitos,
Tus ojos desencajados, vacuos, muertos,
Latente la fuerza innata de seguir avanzando,
Un tictac tras otro, pendular destino, seguir cayendo,
Destino ingrato, el tuyo y el mío, carente de cambio en un solo sentido,
Tiempo irrespetable, tiempo inevitable, pero no tiempo perdido.

Casualidad antropomorfa en sentimiento de expiación,
Delirium tremens disfrazado de alucinación,
Está allí otra vez, como del ayer un reflejo,
En otro lugar, en otra promesa, en otro reclamo al espejo,
En un vaivén de confusión, en la más profunda incertidumbre,
Y no eres tu ni soy yo, es la locura con su nombre.

Lirios, rosas y crisantemos expuestos sobre un lienzo multiforme,
Deseo de no terminar nunca, de que el mundo se transforme,
De que el pasado no se recuerde, de que el futuro no llegue,
Y la noche vuelva a clarear cuando tu llanto se apacigüe,
En un presente intransitorio en donde sea eterno nuestro canto,
Y sepamos que esto es mucho sin siquiera preguntar cuánto.

Noctámbulos sitiando la bruma, enmarañándose en la quietud ajena,
Perdidos entre tumultos de sombras, esperando la aurora lejana,
Pero un sueño prevalece tras los ojos de una ventana,
Un insomne vagabundo en camino hacia el mañana,
Casi inerte, impenetrable, compartiendo con la luna su encanto,
Locura insensata, solo busca dentro de un sueño un dulce momento.

Pancho.

jueves, 16 de junio de 2011

Te espero.



Tan injusta,
tan llena de nada,
tan lejana y dispersa.
Nunca te veré llegar,
Dejaste aqui la inercia de los años,
El trajín de la esperanza,
El abandono.
La gastada habitación emprende el vuelo.
Un paseo nocturno,
Un inquebrantable alarido expuesto,
Una utopia y un cantar,
Un recuerdo del recuerdo.
De tu infancia,
De tu vida entre mis dedos,
Maldigo al tiempo y a
Los sueños
Al viaje,
La espera injusta,
El quererte cerca...  aqui en mis labios,
El desmantelarte las sonrisas,
El compar el mundo y ser tu dueño,
Asesino del colchón,
Que te guarda,
Que te extraña desnuda,
Natural y desnuda,
Sin pétalos ni ataduras,
Sin molestias,
Sin costumbres.
Te esperan esas ganas de jadear,
Las caricias que envejecen en tu honor,
Tan solas,
Tan calladas y maltrechas,
Enfermas de espanto y dolor.
Y te espero,
Tan Viejo y tan herido,
Tan dócil,
Tan amigo del fracaso,
Te espero,
Y llegas cada noche,
Tan difícil,
Tan aferrada al olvido,
Tan tuya que me duele,
Y te espero.

Marlon M.

martes, 14 de junio de 2011

Tu Nostalgia

No me preguntes ¿Dónde ha quedado ese rostro?
Esa sonrisa, ese abrazo, ese llanto
La fuerza de aquel delgado niño que jugaba a ser insecto
Ahora lo es, tan solo un caparazón fuerte y un corazón infecto
Ni yo mismo se dónde perdí ese vigor
En que recoveco del pasado deje escondido el valor
¿Y tú te atreves a preguntar qué me pasó?
¿Qué tipo de tragedia por mi vida atravesó?
¿Por qué mi canto estos días ya no suena a esperanza?
¿Por qué deje que se apodere de mis pasos la pereza?
Mis ojos te parecen vacuos, tristes y cansados
Mis ademanes lentos y mis males apresurados

Yo también extraño a aquel niño, yo también lo busco en mi lecho
A esa criatura dulce y exaltada, con una sonrisa en la cara y un corazón en el pecho
Igual que tú, yo también recuerdo con anhelo mi juego
Yo también quisiera que de mi no se hubiera apoderado el ego
Sé que existió la inocencia que me reprochas
Sé que hace falta el calor que ya no provocas
Está aun en mi sueño y en mi memoria latente
Aquel cristalino brillo, aquella sonrisa tenue
Esa curiosidad ingenua, imprudencia exploradora
Febril anarquía infante de energía abrazadora
Yo también extraño esos lejanos reinos
Mi memoria también reclama nuestros abrazados inviernos

Pero he de responderte a ti que pretendes no saberlo
El porqué de mi mutación solo hace falta verlo
Tú que me has visto crecer y me levantaste cuando estuve caído
No has logrado observar que de tu lado mi camino ha huido
Ahora te sorprendes al encontrar un ser maduro
Pero no sabes cómo ha sido, crecer solo es muy duro
La curiosidad no me mató pero me llevo a la agonía
El amor no murió pero nació la perfidia
A la inocencia la enterré cuando era verde todavía
Y el corazón lo perdí por amar en contravía  
La fuerza, por necesidad, la convertí en resistencia
El sueño en la realidad se transformó en incoherencia
Y mi rostro cambio, mis rasgos son ahora ásperos
Mi sonrisa se opaco a golpes de desesperos
La sombra que ahora me cubre la fecunde en el olvido
Allí donde nunca admití tu regaño ni tu abrigo

Y este rostro que ves es el mismo que un día viste
Pero ahora ha pasado la vida, la viví como tú la viviste
La he sentido y la he llorado, la he peleado y he perdido
He caído y levantado, he errado y lo he aceptado
Hoy las cicatrices que duermen en mis manos y en mi espalda
Son por las que cargo esta cruz y desenvaino mi pesada espada
Como esas canas en tu cabeza que cubres con tanto cuidado
Como esas arrugas que cobran todo tu tiempo empeñado
Las huellas de nuestros pasos difusos, tan distintos y alejados
Nuestros destinos dispersos que siempre estuvieron atados

Pero no desesperes viejecita que hemos envejecido juntos
Hemos soportado del otro alegrías y disgustos
Ya no preguntes ¿por qué mi rostro se ve cansado?
Mejor alégrate al ver lo mucho que he alcanzado
No te sientas triste al ver que el desdén me consume
Pues la vida es un va ven que de misteriosa presume
Y te aseguro que mañana has de verme sonriendo
Alzando fuerte mi voz y a tu vida cantando
Nuestros pasos perdidos podrán estar distanciados
Pero durante el resto del viaje iremos siempre abrazados.

Pancho.

lunes, 6 de junio de 2011

Eco.

De algún rincón del eco de aquel Fa,
Me revela la inconstancia del olvido, del presente la estafa.
Vibran en mi tímpano aun los pasos del laberinto derrumbado
Aquellas inocentes palabras gritadas con esperanza en el olvido
Disonantes, ascendientes, incongruentes, espantosas
Como espantoso es el desaparecer de las cosas
Y ahora el eco, ahora el recuerdo, el cuadernillo empolvado en el cajón
Silencio madrugador, casi llanto, interrumpido por el vuelo de un moscardón.
Ese Fa, sonido monstruoso y eterno
Invisible, impalpable, imposible. Pasó.
¿Qué estuvo antes? ¿Quién fue el que lo entonó?
¿Por qué es recordado? ¿Por qué aun vibra en mi tímpano?
¿Historia? No, historia no…
Solo un vago tono que no llega siquiera a cuento
Tampoco recuerdo y menos aún olvido
Si acaso castigo o más bien martirio
Y si no es recuerdo ¿Cómo fue Fa?
¿Existe seguridad en que no haya sido Do?
No existe la certeza pero fue Fa, lo recuerdo en mi presente fallido
Lo sé por su vibración, por su estúpida constancia
Porque en su uniformidad está su vigor y su falencia
Está aquí aunque ya hace tiempo que se ha ido
A mi lado, en mí, dando tumbos y ya muy herido
Pero está aquí, no me ha olvidado
En el aire como el eco de aquel Fa ya sombrío y callado
Porque el polvo sobre el cuadernillo no ha borrado, no ha podido
No ha logrado desvanecer las doradas letras de su titulo
Porque para olvidar el pasado primero tendría que olvidar el olvido
Porque de la fuerza del olvido siempre llega el recuerdo a escupirnos lo vivido
Y allí estoy yo, allí entre el infierno y el limbo
En ese lugar infinito de la memoria casi muerto y sombrío
Y ese inconstante sentido en el que un mal tono ha arrojado
Descubro bajo sorpresa y desanimo, que no se ha ido, que no me he ido
Que existimos como de la memoria una broma
En un momento de soledad, de sombra y de bruma
Que aparecemos del recuerdo como del bufón la mofa
De algún rincón del eco de aquel maldito y eterno Fa.

Pancho.