Quisiera pensar que estoy grabando mi propio nombre en un árbol llamado destino,
Quisiera marcar con tinta las huellas de mis errores y retirar las piedras de mi camino,
Quisiera saber que al amanecer voy a ser yo mismo pero simplemente no serlo,
Quisiera poder soñar que todo es tan solo un sueño y ¿por qué no? Soñarlo y saberlo.
Pero me encuentro en mis pasos, en mis huellas y en sueño,
En cada segundo pasado y en cada instante sin dueño,
Me veo en el reflejo opaco de mi ventana ennegrecida,
Me siento en el momento justo de una noche envejecida.
¿Y qué puedo yo hacer? Si solo he parado para pensar,
¿Cómo puedo llegar? Si no sé a dónde caminar,
¿Cómo he de soñar la noche? Si es ya el día y no me he dormido,
¿Será lo que me dije algún día y en cualquier camino estoy perdido?
Al carajo el ensueño inútil, sigo trazando mi nombre en su regazo,
No sé si su nombre es destino, no sé si me extenderá su abrazo,
No puedo borrar mis huellas ni creer que soy lo que no he sido,
Pero puedo soñar despierto, porque así es como he vivido.
Y tal vez descubrir que mi nombre no es el único marcado,
Que en viejo tronco del destino alguien otra cicatriz ha dejado,
Que en la eterna madera de este árbol no de morir en soledad,
Que entre esquinas y callejones, en i navaja caprichosa encontré felicidad.
A la mierda el destino, y a la mierda la casualidad,
A la mierda mi camino, y a la mierda su bondad,
Solo yo marco mi nombre porque yo mismo lo he elegido,
Solo mis pasos me llevaran a donde yo lo haya decidido.
Y en mis sueños solo yo podre saber si ha sido mi nombre el marcado,
Y solo tú podrás ver si a su lado el tuyo también ha estado,
Ninguna huella a de borrarse, ninguna piedra ha de perderse,
Pero los nombres en este árbol ya no podrán borrarse.
Pancho.
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