jueves, 11 de agosto de 2011

Me encontrarás.


En los pasos de las aceras interminables y gastadas.
En la sombra de un árbol viejo al sentarte a descansar.
En las noches sin sueño, y en las canciones de cuna.
En los cuentos de los viejos, en las memorias de niños.
En el azar y hasta en el destino.
Si buscas bien allí me encontraras.

En la mirada melancólica del fracaso al despertar.
En el humo del cigarrillo agonizante en el cenicero.
En la taza de café después de tu último sorbo.
En cada mascara partida en dos.
La fotografía que jamás fue tomada.
En el olor a aquello que nunca supe que es.
En esa oscuridad intrusa que tanto temes.
En las sonrisas de los ojos.
En el secreto de un papel.
Y tal vez hasta en el olvido.
Si la memoria flaquea.
Sin buscar me encontrarás.

Si es que no me encuentras.
Si no quisieras ya encontrarme.
Si la condena fuese no hacerlo.
En la estrecha rendija entre la memoria y corazón.
En el recuerdo olvidado de un lejano adiós.
En un beso en tus manos que nunca se quiso ir.
O en el desdén de una historia que nunca tuvo fin.
No te preocupes si no me encuentras.
Pues siempre me encontrarás.

Pancho.

martes, 9 de agosto de 2011

Aun en su adiós…


Llego sin ser llamada, como una intrusa. Colándose por la rendija estrecha abierta por el viento en la cerca del jardín, deslizándose silenciosa en la noche por la apertura de una ventana mal cerrada. No se sentía de principio. Sus golpes no eran tan fuertes, su presencia pasaba desapercibida. Poco a poco su esencia fue bañando las paredes, pudriendo la madera, opacando la luz. Las sonrisas se hicieron mudas, las palabras molestas, el tiempo eterno, el llanto sordo y la esperanza lejana. Ya no quedaba ni el rastro de lo que un día fuese alegría. El movimiento era nulo. Su poder absoluto… El polvo lo cubrió todo, el humo nunca se disipo, solo sonaba, cada vez más triste. La misma vieja melodía, esa canción entonada alegremente hace inmemorables lunas… Tal vez el tiempo no fue tanto, tal vez en la ventana aun brillaba el sol, tal vez y solo tal vez se podía evadir la realidad… Pero la muerte rondaba cerca, maldita enfermedad, maldita perdida, maldito desamparo. Llego sin ser llamada, como una intrusa… Maldita soledad… Remotos los tiempos de la lepra, de la plaga, de la guerra. Consumidos ahora en un solo ser, en una sola maldición, en un abismo espectral, en una sola oleada de melancolía. Ayer yacía su cuerpo en un rincón empolvado, un cigarrillo tembloroso en su mano y una sonrisa demacrada para ser vista solo por su silencio… por su única compañía… por la intrusa soledad. Hoy yace su cuerpo en un panteón, entre las tumbas de barro de aquellos sin nombre… Sin flores, sin plegarias, sin una visita lejana… solo con esa pálida sonrisa que aun en su adiós nos regaló. Ella se quedo allí, como la intrusa que siempre será… pero su sonrisa no la mato ni la maldita soledad…

Pancho.

lunes, 8 de agosto de 2011

Ineludible...


Quisiera escribirte mi pekenio verso escarlata... xq aun tus besos duelen y ahondan lo que poco sentimos...
Quisiera entregarte una tarde sin luna... donde esas promesas se queden y por las noches se marchen...
Debo buscarte, mas nada es suficiente....
Mas nunca es como la verdad cree serlo...

Eres como un pegaso, rompes fuerte el viento, pero sin tus alas apenas tocas el suelo...
apenas llegas a ser un haz de luz...

Haz roto mis esquemas, has roto mi escencia... has cambiado mi alma...
verso terso, de tanto cantar, de tanto vivir a expensas de tu realidad,
de tanto volverme tu vida...
y de tanto sentir caricias cutres, malhabidas y compradas....

Este amor era como definir la locura... tan inverosimil...
que nos llenaba de desacatos, de infiernos... de contrariedades...
de esa vanidad de poseernos...
de creernos dioses de nuestro destino.....
de el intentar ser uno en dos....

Sin embargo restrego tu alma al tiempo, a esa incertidumbre de no saber de ti...
te dejo libre, te dejo mi verano....
te dejo sin mas razon, xq esta vez las batallas se pierden solas...
llevate parte de mi, pero esta vez.... solo esta vez no me lleves contigo....

Luis Bedoya.



Me Encontre.


Mi cabeza esta exhausta, no ha parado de llover, son apenas las tres y tengo ganas de correr, el invierno me está matando, el frio me abruma, que estoy esperando?, no tengo ya nada que perder. Si no me arriesgo jamás partiré. es un viaje tan largo, es un viaje interminable. Buscar, encontrar, perder, ganar. Y las flores se tambalean. Listo! he tomado todo lo que eh necesitado:  almas, corazones, ganas, tiempo, sueños, ilusiones. Pero no estoy satisfecha. Yo siempre busco más. Y cuando tengo más lo dejo ir. Vivo rodeada de murmullos, y cometas en el cielo. Acaso el cielo es igual en todos lados? Acaso tu rostro ha cambiado? El tiempo me dará la razón, he caído tan bajo que he logrado besar el subsuelo de lo más recóndito y tenebroso, he visto tinieblas he comido basura, he caminado por el infierno. Si no conoces lo peor como conocerás lo mejor? Basta. Me dije. Para llegar al éxito debes conocer más allá de los límites, pero porque los seres humanos nos ponemos tantos? Porque somos seres tan limitados? Al no encontrar respuesta solo seguí, y pedí una oportunidad más, hice silencio y descubrí que el silencio es precioso. Pude escuchar cada gota de lluvia en mi ventana, pude sentir el aroma de cada pétalo oscilante por el viento, me encontré.


Dea Ramírez.

domingo, 7 de agosto de 2011

Adios.


Sangre,
Sangre en las paredes,
Un cigarro sin dueño se consume,
Se dispersa un discreto hedor a costumbre,
Se disuelve una promisoria vanidad.

La tierra seca testigo mudo del andar,
Solo el viento sabe a donde voy,
Solo las estrellas vigilan mi cansado paso,
Al lugar de la nada,
Al infinito.

El prologo de la tragedia,
La desvergonzada idea de volar,
Desaparecer en los rutinarios aires,
Besar la mísera imagen de mis ojos,
Gastarme la última sonrisa.

Millones de almas rotas,
Multitudes llenas de nada,
Escandalosa escena,
Gente,
Nada más que nada.

Aliada soledad,
Querida tristeza,
Me declaro siervo de sus caprichos,
Me condeno a la inconsciencia,
Llévenme a dormir junto a los fallecidos.

Ahora solo, como siempre solo,
Tiemblo y me consumo,
Una anónima lagrima en honor a la derrota,
Amo y señor del desapego,
Victima de la normalidad,

Ayer niño de opacas sonrisas,
Hoy hombre con anónimos rostros,
Ayer triste soledad,
Hoy no quiero estar.
Hoy me pierdo en agónicas promesas,
Hoy solo soy recuerdo,
Hoy soy un cobarde más,
Valiente gladiador de cementerio.

Adiós le digo al viento y a su briza,
Adiós al sol y a las montañas,
Me despido de este invierno y de la luna,
Beso la frente del tiempo,
El frio sudor de mi final acaricia mi espalda,
Se enamora del olvido el humo de mis días,
Una solitaria habitación,
Un cigarro sin dueño se consume.


Marlon M.

sábado, 6 de agosto de 2011

Tu.


Tú y tus ganas de volar en transparente,
Yo y mi aterrizaje en tus palabras,
Tu contándole tristezas a la luna,
Yo afinando los besos que dejaste.

Tú, poesía,
Yo, desprecio,
Tú, alegrías,
Yo, condenas,
Tu rasgando vestiduras de mis sueños,
Yo soñando con vestirte los destellos.

Tú dejaste esclavizado un corazón,
Yo robe el color de las lisonjas,
Tú despiertas entre lirios,
Yo te observo y te respiro.

Tu cansada del color de las estrellas,
Yo pintándote fragmentos de las noches,
Tú remiendas las heridas del destino,
Yo me fumo cada corazón.

Tú y solo tú,
Yo tan vagabundo,
Tu tan apegada al viento,
Yo tan vencido y callado,
Tú, fragancia nocturna,
Yo, animal desorientado,
Tú, sinfonía en las nubes,
Yo, canción de carretera.

Tú en blanco y negro,
Yo me pinto de color delirio,
Tú tan libre,
Yo tan vulnerable,
Tú me besas,
Yo me vuelvo loco, tan perdido y loco,
Tú tan irreal y transparente,
Yo tan cansado de amar desde tus alas,
Tú tan majestuosa,
Yo tan maltrecho y volátil.
Tú tan mía y de las horas,
Yo tan tuyo y de la nada.
Tú y solo tú.


Marlon M.

Instintos.


Era yo quien esta vez rompia a llorar…
Ni mi fuerza, ni esa vana quimera que inventamos
Podía despertarme de este sociego…
De esa lúgubre mentira en el atardecer….

Las almas se juntas, pero las penas se queman decía ella!!
Lo decía a pesar que su huella, indeleble al paso del tiempo
Carcomia cada segundo de su mente….
El tic tac de lo efímero…

Donde todo se pierde y se siente real….
se percibia ese sentir…, tan solo como un instinto…
tan solo y tan fugaz…..
tan creible , tan insurgente… tan amor!


Luo.

Delirio.

Se derrite el asfalto ya vacio, sin caminante.
Se acerca el sol un poco más a la ventana.
El vagabundo sin refugio ni salida.
Vive preso de la libertad de su vida.

Acariciando los pasos de otro lugar en otro tiempo.
Buscando rostros ajenos en sombras multiformes.
Alientos agitados, melancólicos, extasiados.
Se funden de verano el amor y el engaño.

La noche se acorta sin tregua a la oscuridad.
El silencio no perdona ruego ni necesidad.
La parte más oscura no lo es lo suficiente.
La mañana llega, absurda e indiferente.

Sujeto desde la raíz al árbol de su espera.
Maldigo en vos alta la lejana primavera.
Me encierro alejado de prisión o carcelero.
Y soy liberado por mi susurro traicionero.

No hay mas lugar que en que estoy aquí parado.
Ni tampoco más tiempo que el que ha sido atrapado.
Se puede jugar a darle al minutero cuerda.
O se puede olvidar que el mundo también recuerda.

No ha podido encontrarme la máscara del olvido.
Llevo un disfraz de riachuelo en el que estoy sumergido.
Solo las piedras que en mi navegan pueden escuchar mi canto.
Y uno que otro amante perdido que vierte en mi su llanto.

No existe en este infierno suficiente fuego para derretir el hielo del que estoy hecho.
Ni suficientes clavos para interrumpir el sueño de mi lecho.
No soy un faquir pero resisto más de lo que puedo imaginar.
No puedo volar porque no tengo alas, pero ya aprendí a soñar.

Y después de beberme el sudor de la agonía.
Hecho a patadas el frescor del nuevo día.
Cierro con llave el cajón de la existencia.
Para que no salga en busca de una nueva ausencia.

Veo cuerpos bambolearse entre mis oscuros deseos.
Sin forma, sin pasión, sin rostro y sin canto.
Solo sombras de sudores entre sabanas aun calientes.
No hay nombres, no hay caricias, solo flagelantes insinuaciones.

Nunca es una buena historia aquella que no tiene principio.
Como un cadáver sin pena ni gloria abandonado en su delirio.
Así se dibuja la bruma al cruzar por la avenida.
No será un día más. Solo será otro día.

Mi desvelo y mi anhelo hacen el amor en el tejado.
Las paredes se destiñen del sueño ya perdido.
Moscas llenando mi boca, acallando mis quejidos.
Vuelan hacia mi conciencia para alimentarse de delirios.

Si he muerto no hallaran el cuerpo, se lo he regalado a la luna.
Solo un resplandor en la noche llamando a la ingrata solead.
Que se ha perdido en el camino, que no ha querido venir conmigo.
Ha buscado un nuevo amigo para compartir sus desconsuelos.

En mi tumba no hay un epitafio, solo un pequeño espejo que te muestra lo que no quieres ver.
Eso que eres, ese ser desnudo, ese a quien no reconoces más.
Una sombra paralela a la tuya sin cuerpo que la proyecte.
Un recuerdo incrustado en tu memoria que a veces golpea tu mente.

El delirio ha calado en la medula del ser que habita.
Ha resquebrajado el ceno que lo alimenta y destrozado la coherencia que atormenta.
Ha regalado libertad a un cuerpo despojado de virtudes.
Y ha dejado los miedos muertos enterrados en sus ataúdes.

Pancho.

viernes, 5 de agosto de 2011

Encadenado a mi libertad.


Y mi alma te observa
esperando el momento preciso para poder atacar
tranquila, lenta, sigilosa... 
esperando el descuido que te costará la existencia
y mientras bajas por mis labios tratando de encontrar mis debilidades,
un destello de luz te ha dicho que ya no hay marcha atrás, 
ahora eres mío... 
y en la inmensidad de mi obscura mirada te calentarás,
de mi carne te alimentarás, 
de mi aliento respirarás...
pero no soy tuya,
soy compañera del viento... 
no me caliento en ti,
me cobijo con la piel muerta de quien ha perdido la batalla
no me alimento de ti, 
peleo por carroña con chacales...
no me sirve tu aliento,
respiro los suspiros de la desesperanza...
hija de una tormenta
hermana del salvaje
madre de los engendros...
y cuando seas libre
encadénate a mí 
solo así descansaremos juntos....


Vane pnk G.

Como una misera hormiga.


A la orilla de mis sueños enciendo un cigarrillo, de esos que siempre fumamos,
y pienso, qué es lo ¿qué nos mueve a sentir? ¿Qué es lo que nos mueve a amar? A enamorarse…
 De repente el humo te forma en frente de mis ojos y sueño,
sueño con tus manos que con parsimonia rozan mi rostro
con la textura perfecta entre lo áspero y lo sutil,
sueño con tu pelo, largo,
no brilla, pero tampoco opaca,
y me siento como una hormiga enredada en esa lóbrega melena,
me envuelves, siento tu respiración con lozanía y pareciera querer entrar a mi pecho,
el cual vas descubriendo con tus instrumentos de creación,
con mis labios, voy gustando de tu sabor  de tu sudor, de tu nerviosismo,
voy probando el color de tu piel sin siquiera mirarlo,
siento como te estremeces, como tu alma está a punto de salirse
y robarme la mía para volar y cambiar de planeta…
siento el latir de un corazón empolvado, que con cada latido
va limpiando los recuerdos de un pasado mustio y trastocado...
Dime, alma vehemente, dime ¿qué es lo que quieres de mí?
pues mis sueños me dicen que eres viento
que mana de los más libres campos,
pero tenemos algo en común,
hemos roto las cadenas que un día quisieron atarnos al suelo,
tu sabes lo que pasa por mi mente,
pero basta, basta de imaginarte en el humo,
ahora vamos, vamos a percibir el olor de las calles asfaltadas,
de la lluvia de los besos ajenos, vamos alma libre,
subiremos a lo más alto de ese velero que se formó en las nubes
 y desde allí lancémonos a ese túrbido mar..
 Se mojó, el tabaco se ha apagado,
el humo se fue,
respiro, siento, entiendo, quiero, imagino
y me lazo al mar, y allí,
tú estás




Vane pnk G.

Angel mio.


Ángel desterrado, ¿qué estás buscando?
Te he visto vagar muchas veces por las aceras al anochecer,
buscando calor, buscando vida,
tergiversas tu mente, y hallas el camino,
has caído ángel mío, has caído, pero aún no es suficiente para ti,
y haces fluir por tus venas tu ansiada felicidad fugaz,
vendiendo tu alma, vendiendo tu cuerpo,
regalando tus gastadas plumas a aquellos que te dicen que volarás,
ángel mío, ya no puedes volar,
¿dónde han quedado tus hermosas alas que se desplegaban sublimemente por aquel cielo gris?
En la profundidad de tus entelequias absurdas e inalcanzables, ángel mío,
despierta ángel mío, déjame ver tus ojos perdidos e inyectados de sangre otra vez,
camina ángel mío, déjame ver como aniquilas la gravedad en tu mente,
canta  ángel mío, que tu voz es música de chacales,
ángel mío, aletarga tu consciencia y tu alma,
ángel mío… sueña,
sueña ángel mío con esa luz que nunca llegará… ángel 




Vane pnk G.

jueves, 4 de agosto de 2011

diez mil madrugadas y una quimera.


Vestido de angustia un corazón opaco,
Dispersa quietud de sabanas blancas,
Perfectas, rozan lo inalcanzable,
Digieren lo indestructible del alba.

Anochece y dispersos alaridos de la noche rondan tus pestañas,
Una luna de acuarela te sumerge en mis gemidos,
Nos devoran el tiempo y las estrellas,
Angustia y compasión de los mortales.

Y mañana será mañana y nunca,
Y los besos solo fueron besos,
Las heridas y los golpes son canciones,
Los cigarros silenciosos feligreses.

Ay, dulce violencia, dulce soledad,
Tan esquiva y tan costosa,
Tan pendiente,
Tan hermosa en sus tormentos,
Tan enamorada de mis penas.

Diez mil madrugadas y una quimera,
Millones de noches en tu pelo,
Cada atardecer pintado en tu sonrisa,
Cada vida y cada arruga desobedeciendo a tu cintura.

Un despertar en tus cascadas,
Una noche nadar en tu sudor,
Cobijarme con el manto de tus sueños,
En mis versos vives y en tus ojos vivo yo.


Marlon M.

martes, 2 de agosto de 2011

Esperando.

Esperando intranquilo me encontró la mañana.
Confuso en el tiempo y en la ambigua distancia.
Caótico en la ira esperando respiro.
Arrancándole los pétalos a cualquier alivio encontrado.

Esperando exaltado me descubrió la tarde.
Gritándole al viento y mi maldita espera.
Rogando encontrar una salida cualquiera.
Acumulando pasión para la acción venidera.

La tarde cayo con su abrazo rojizo.
Los minutos insaciables se tornaron en plomo.
El peso sobre mis hombros de la brutal espera.
Y la oscuridad invadiendo al fin mi ventana trasera.

La noche se rio cuando me vio aquí esperando.
Escupió en mi cara su encanto, un desespere aun más ingrato.
Su silencio, su sosiego, su murmullo de hojas agitadas.
El maldito insomnio que siempre llega a destiempo.

La lluvia en la oscuridad, la que no se logra ver.
Solo se escucha en el tejado con su desesperante exactitud.
Contando uno por uno los segundos de mí espera.
Y acabando con la esperanza que antes de ella existiera.

La noche larga, siempre más larga en la espera.
Me lleva por parajes húmedos, por laberinticos pensamientos.
Me hace navegar en dudas, me inclina a naufragar en llanto.
Me da sed de poder ser, pero yo sigo esperando.

En la más profunda oscuridad, la quietud que anuncia el amanecer.
En ese momento exacto se que ya he esperado bastante.
Que tal vez haya sido demasiado, que podría descansar un instante.
Pero veo una línea roja que va ganando el cielo.
Entonces se que solo debo seguir esperando.

Vaivén absurdo de los días, percances y algarabías.
Reveces calzados, profundamente dolorosos.
Recuerdos de besos ansiosos que esperan volver presurosos.
Retumban los truenos mi tejado, y con él la esperanza de evadir la espera.

La mañana pasa aburrida, como si quisiera pasar de largo.
Caminando en la lluvia agresiva, y me vuelve a encontrar esperando.
Mojando un poco más que mi cara, empapando mi memoria de sueños.
Llevándome a mí mismo al por qué, del que sigo esperando.

Empapado en el banco de un parque, la tarde me ha visto esperando.
Me encuentra pensativo y firme, sin queja ni quebranto.
Me ha preguntado ¿cómo ha sido? ¿Por qué sigo esperando?
Con la lluvia calando mis hueso, si hasta el cielo a soltado su llanto.

No es difícil entender que la espera no es una estadía.
Que resistir un poco mas es a veces la única forma de avanzar.
Porque la tarde pasara como ha pasado el día.
Pero mi espera acabara solo cuando yo me rinda.

Pues ya lo dijo algún día un sabio conde en una isla.
Cuando se trata de hacer bien las cosas solo existe una salida.
Contra desespere y venganza, contra pesadumbre y melancolía.
Solo espera y confía, solo espera y confía…

Pancho.

lunes, 1 de agosto de 2011

Vuelve.


El corazón es un músculo! ella decía, el amor no es más que poesía. Lo extraño, pero él no es para mí. Partió y consigo se llevó una guitarra, una canción y lo que escribí. Ella no siente, ella no cree. Él la olvida poco a poco. Ambos viven su vida uno lejos del otro. Qué es amar? Sigo pensando que es ver el amanecer cada mañana, respondió. No, amar no es eso para mí! Amar lleva consigo infinitas emociones, no soy tan solo yo, eres tú amado mío, cuando me miras, cuando tocas una melodía para mí, cuando prendo el computador y al saber que estas ahí emprendo un viaje incesable entre la desesperación y lo tangible. Miles de preguntas sin respuesta, respuestas que no consigo entender. Amar es respetar tu silencio continuo, es verte sonreír, pensar en ti antes de dormir, ver la luna y saber que en algún sitio lejano también tú la estas contemplando, sentirte cerca aunque estés lejos, soñar contigo de vez en cuando, llamarte y a pesar de que no me contestes al ver mi número sé qué piensas en mi. Amar es olvidarte a menudo y en el momento más inesperado volverte a encontrar escondido en mis entrañas. Lo ves? Has cambiad mi manera de pensar, porque éste músculo y esta poesía traen consigo un mensaje entre líneas, que vuelvas.


Dea Ramirez.