domingo, 7 de agosto de 2011

Adios.


Sangre,
Sangre en las paredes,
Un cigarro sin dueño se consume,
Se dispersa un discreto hedor a costumbre,
Se disuelve una promisoria vanidad.

La tierra seca testigo mudo del andar,
Solo el viento sabe a donde voy,
Solo las estrellas vigilan mi cansado paso,
Al lugar de la nada,
Al infinito.

El prologo de la tragedia,
La desvergonzada idea de volar,
Desaparecer en los rutinarios aires,
Besar la mísera imagen de mis ojos,
Gastarme la última sonrisa.

Millones de almas rotas,
Multitudes llenas de nada,
Escandalosa escena,
Gente,
Nada más que nada.

Aliada soledad,
Querida tristeza,
Me declaro siervo de sus caprichos,
Me condeno a la inconsciencia,
Llévenme a dormir junto a los fallecidos.

Ahora solo, como siempre solo,
Tiemblo y me consumo,
Una anónima lagrima en honor a la derrota,
Amo y señor del desapego,
Victima de la normalidad,

Ayer niño de opacas sonrisas,
Hoy hombre con anónimos rostros,
Ayer triste soledad,
Hoy no quiero estar.
Hoy me pierdo en agónicas promesas,
Hoy solo soy recuerdo,
Hoy soy un cobarde más,
Valiente gladiador de cementerio.

Adiós le digo al viento y a su briza,
Adiós al sol y a las montañas,
Me despido de este invierno y de la luna,
Beso la frente del tiempo,
El frio sudor de mi final acaricia mi espalda,
Se enamora del olvido el humo de mis días,
Una solitaria habitación,
Un cigarro sin dueño se consume.


Marlon M.

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