martes, 31 de mayo de 2011

Insomnio.


La eterna ciudad,
Su insomnio,
Sus miedos,
Sus locuras.

Su rechazo a las miradas,
Sus miradas de rechazo.

Enmudecen las aceras,
Tan solas,
Tan enamoradas del frío,
De la noche.

Aquel viento amenazante,
Aquella madrugada y la tragedia.

Callejones temerosos,
Ansiosos,
Callejones pintados de sangre y serpentinas,
Guardan un secreto,
Testigos mudos son del grito y el dolor,
Ese dolor pálido de los balcones.

Soledad de las desnudas plazas,
Pálida soledad teñida de olvido.

Este pequeño mundo,
Corazón de los dormidos,
Alma de parques y rincones,
De escombros.

Cuidad de las sonrisas,
Las caricias y los golpes,
Dama oculta entre barriadas,
Entre lunas,
Entre lágrimas de hormigón.

Ciudad de odio y de besos,
Ciudad de amor a sangre fría,
De ojos negros,
De animales.

 ¡Grita!
Sangra y enloquece,
Se disfraza,
Oculta la miseria,
Te besa,
Te asesina.

Ciudad que nunca duerme,
Ciudad de sueños rotos.
Ciudad de la que escapo,
Ciudad de garabatos. 



Marlon M.

domingo, 29 de mayo de 2011

Libertad o condena.

Del deshecho de mis huesos
O el recuerdo de tus besos
Solo me queda un instante
Una noche agonizante
Un haz de luz parpadeante
En el vaso que sostengo
Impregnada la silueta de tus labios
Mi garganta seca ya no canta
Mi cuerpo envejece y convulsiona
La mirada cristalina y cansada
Por la ventana solo observa la nada
Desquiciante proceso de olvido
Sobriedad tambaleante sentido
Realidades adversas y confusas
Entre los nombres de nuestras sepulturas
Muerte momentánea y eterna
Alucinación en libertad y condena.
Pancho.

jueves, 26 de mayo de 2011

Precoz agonía.

El veneno en la copa antes del primer trago.
Venas calientes, heridas de largo letargo.
Precoz agonía rebasando la podredumbre.
Esqueléticas uñas cortando de la luz el lumbre.
Se dejó vencer antes de iniciar la carrera.
Se convirtió la piel en figura de cera.
El cajón en espera aun escucha sus latidos.
El bajo su propio azadón enterrado ya no levanta quejidos.

Pancho.

martes, 24 de mayo de 2011

Reflejo.

Arrancado al espejo mí retrato
Desdibujada la sombra en el charco
Busco, me encuentro, me pierdo
Vuelvo…
¿En dónde?
No lo sé.

Desentierro la esperanza del panteón.
Un recuerdo más al cajón.
Su cerradura jamás sirvió
Desde el olvido siempre volvió.

No se pierde, no muere, tampoco está
Lucha, golpea, desgarra.
Flor marchita guarda su perfume
Mecha encendida.
Estoy…
¿Para qué?
Para seguir.

Recorro mis huellas con un nuevo camino.
Alto al fuego, tregua
Una grieta, un grito, nuevo horizonte estrecho.
Espera un corazón para este pecho.
El vacío late, vida.

Regreso al tacto de lo etéreo.
Sentido a la vista de lo incierto.
No existe, no se palpa, se siente.
Aquí está.
¿Por qué?
¿Por qué no habría de estar? 

Pancho.

domingo, 22 de mayo de 2011

No espero…

No espero que regreses, no!
No espero que me abrace el olvido,
No quiero que me arranque la vida,
Ni que la muerte sea mi única amiga,
No existe un cambio, ni se ve la realidad mejor,
Solo quedan pasos por delante,
Pasos que siempre irán de ningún sitio a ninguna parte,
Huellas que se deja al caminar.
Y cicatrices de heridas recibidas.

Queda aún algo a lo que abrazarme,
Queda aún la esperanza infaltable,
Todavía no he puesto un pie en mi ataúd,
No soy el recuerdo de un baúl,
Aún hay batallas que librar,
Y quedan metas por alcanzar,
Que mientras exista por que luchar,
La armadura estaré dispuesto a portar.

No espero que me olvides, no!
Espero que esta vida se recuerde,
Y si alguna vez tus pasos y los míos han de encontrarse,
Será indudablemente en el olvido.

Pancho.

jueves, 19 de mayo de 2011

Y volvió a salir el sol.

Y volvió a salir el sol.
Una vez más te espere toda la noche y una vez más no llegaste.
La luna abrazando mi esperanza inútil, la oscuridad calentando mi sueño insomne.
Los surcos en el piso de errantes caminos.
Camino hacia ningún lugar
Papel de bronce, neurona gastada, inicio desatinado.
Flor marchita, nacimiento desesperado de un fruto muerto.
Lagrimal seco, sonrisa triste, felicidad impalpable.
Recuerdo.

Entiendo en el sofoco de las cuerdas que me cantan,
Que la estrangulación deja marcas,
Pero la muerte que acompaña a toda vida desafiante,
Nunca da el beso del adiós sin haber llegado al final.

Escupe en mi cara el entorno desesperado,
El recuerdo no se irá, no es pasado ni pisado,
Es presente y es real, es la vida material,
El olvido es un engaño y de un engaño solo hay vacío.

Desesperación y violencia, el pecho se estremece,
Las paredes sin queja alguna reciben en su ser mi furia,
Fuerte manifestación del enemigo inexistente.
Calma ambigua, momentánea tranquilidad abstracta.

Mi amante de plata se despide,
Un beso en los labios y ya es del horizonte.
Cortas son las horas a media luz.
Al amanecer aún hay estrellas en el cielo.

Garganta seca, humo, canto, palabras.
Vida al máximo, jamás redención.
Soledad encantada, no se puede estar solo,
Un manto de terciopelo negro
Siempre observa sobre el hombro sonámbulo.

La noche a punto de extinguirse,
Esperanza aunque inútil vigente,
Camino hacia ningún lugar,
Camino al fin y al cabo.

Siempre habrá otro amanecer.
Y volvió a salir el sol.

Pancho.

domingo, 15 de mayo de 2011

Otra dosis.

Despertar,
Tantas noches anhelo no hacerlo,
Perderse tal vez,
Tan solo desaparecer.
Pero despertó,
Abrió los ojos,
El mismo lugar,
Las mismas ganas de no estar,
De volverse invisible,
De no sentirse.
Otra dosis.
Se abre el portón del otro mundo,
Logro escapar de aquel infierno,
Ahora todo es claro,
Perfecto,
Aquí no existen razones ni ataduras,
No escapa,
La vida se posa en su sonrisa,
Se enamora de lo eterno,
De lo infantil,
Lo cálido y lo burdo del momento.
Cae la noche y es hora de bajar el telón de su vida color teatro.
Es hora de volver,
De escapar,
De odiar,
Regresa al mundo de los vivos.
Un espejo el único testigo,
Se mira y se acaricia el rostro,
Pero ya no es el,
Observa sus gastadas facciones,
La maldad de su rostro,
Sus largas uñas lastiman al hombre del espejo,
Sus lágrimas al fin son libres,
 Desespera  y toma el arma,
Sudores fríos acompañan su último instante,
Con un incansable llanto se arrepiente del tiempo,
De los años,
De lo que se fue y lo que dejo volar,
Otro beso,
Otra caricia de aquella distante dama sombría,
Otra dosis.

Marlon M.

Devuelveme mi luz

Tu fuego consumió mi ilusión
tu sol se llevó mi luz

Me quedé a obscuras

En las tinieblas suena una canción
despiértame, solo despiértame

Dime que solo fue un sueño
un mal sueño

Dime que no fui un efímero momento
no, no un juego
no quiero sentir la hiel

Un grito…
en mi interior hay un grito
estoy desesperada
estoy acabada

Detuve el tiempo para ti
para el momento
y te dejé una parte de mi

No me dejes a obscuras
guárdame en el aroma de tu piel

Le temo a las alturas
y estoy cayendo al vacio
al vacio de mi obscuridad

Sujétame, dame la mano
que me ahoga la confusión
la desesperanza
el dolor
y el miedo
se apoderan de mi…

Enciende ora vez mi luz
ya no quiero estar a obscuras

Se mi dueño
ayúdame con esta cruz

Vive de nuevo
solo así me ayudaras a vivir
no mas a obscuras…

La Diabla

viernes, 6 de mayo de 2011

Lucha a muerte contra la vida

Blanco, negro. Adverso.
Claro, oscuro. Antónimo.
Vida, muerte. Camino.

Por cada herida acertada, aun otra por ser marcada
Cada caída pasada pesa en cada nueva encrucijada
Sonriente destino burlándose del mal destinado
Eterno viajero confuso en su camino extraviado

Te quiero aquí cara a cara en tu forma más humana
Frente a mí, mirando mis ojos
Dame la oportunidad de enfrentarte sin terceros
Déjame ver si tus golpes de frente también son certeros

Te he alabado, suplicado, agradecido y maldecido
Hoy solo te quiero enfrentar
Sin rostro tú, y en el mío tus marcas
Tus golpes mis cicatrices, tus trucos mis desconsuelos

Mi fuerza tu debilidad, mi enfermedad tu motivo
Es ya hora de que nos conozcamos
Basta de este juego, uno de los dos debe caer de una vez
Ven.

Dame tú, infame vida un rostro al cual escupir
Veamos al final de la carrera quien puede sobrevivir
Bajo el manto negro que me acoge mostrare yo mi espada
Esta vez tus golpes no caerán en mi espalda

Me declaro atacado pero jamás rendido
A tu cara poder mostrarte todo lo que he aprendido
Tú con tu blanco atuendo, yo con mis sucios harapos
Esta vez no hay más plazos y atajos.

Lucha a muerte contra la vida
De una guerra que ya no puede seguir
O bien tú y yo nos entendemos
O de una vez los dos desaparecemos.

Pancho

La rosa marchita

El oxidante color amarillo
tomó su cuerpo

La escases de vida era notoria
como en su rosa marchita

Sólo miraba su anillo
caminaba en vida muerta

Nada era patógeno
estaba llena de gloria

Pero su estado era fulminante
en vida su cuerpo… muerto

Pero había belleza
al verla todo era sencillo
siempre con su rosa marchita

Pensaban que estaba loca
siempre viendo su anillo
y aun así reflejaba un rostro brillante
cuan vivaz
cuan dulce
siempre tan pensante

Nada tenia
peor afortunada era
porque podía ver todo
hasta la belleza de una rosa marchita…

La Diabla.

domingo, 1 de mayo de 2011

Una lagrima, el esmalte negro y su valor

Después de hoy
no vivo más…

El silencio está llegando
cual lobo a la luna llena
mi alma le aúlla
le teme…

Una metamorfosis se apoderó de un cuerpo
sólo el cuerpo dolía
sólo él se rompía…

El sonido de una lágrima irrumpió en el silencio
en una fría loza caía
después de su onda… tan solo callando

Un esmalte negro decoraba
decoraba las finas uñas
pero también tiñó su sangre

Ahora el valor hará su trabajo
y después de hoy
no vivo mas

Todo fue alegre
estaba feliz como nunca
pero tenía dolor como siempre…

Sólo el matiz de su triste vida dejó
ahí estaba
con una lágrima, el esmalte negro y su valor.

Después de hoy
Nunca mas vivió…

La Diabla.

Mujer de cansados sueños.

Su silueta ultrajada por el tiempo,
Su piel gastada por las indeseables caricias,
Dueña de la nostalgia y las arrugas,
Dueña de un corazón de piedra.

Dama blanca de esquinas grises,
De tacones altos,
Con olor nocturno,
Con caminar despierto,
Aparece cada noche queriendo desaparecer.

Una teatral sonrisa posa intermitente entre sus labios,
Una mirada desesperada se esconde en sus tinieblas,
Sus pechos anhelando una caricia real,
Sus hombros ya dejaron de soñar.

Ahí esta, regalándole los sueños al fracaso,
Al próximo impostor,
Al mejor postor.

Pero quiere ser libre,
Quiere hacer el amor,
Que la desnuden y acaricien con ternura,
Escuchar un susurro,
Que se crucen las miradas,
Que renazca el amor de adolecentes.

La dama blanca ahora obscurece,
Y las esquinas se tornan desconocidas,
Ella sentada en su balcón,
Observa con rencor al mundo,
A ese mundo de injusticias,
Al que vende sus sueños.
Al que la vende cada noche.