domingo, 15 de mayo de 2011

Otra dosis.

Despertar,
Tantas noches anhelo no hacerlo,
Perderse tal vez,
Tan solo desaparecer.
Pero despertó,
Abrió los ojos,
El mismo lugar,
Las mismas ganas de no estar,
De volverse invisible,
De no sentirse.
Otra dosis.
Se abre el portón del otro mundo,
Logro escapar de aquel infierno,
Ahora todo es claro,
Perfecto,
Aquí no existen razones ni ataduras,
No escapa,
La vida se posa en su sonrisa,
Se enamora de lo eterno,
De lo infantil,
Lo cálido y lo burdo del momento.
Cae la noche y es hora de bajar el telón de su vida color teatro.
Es hora de volver,
De escapar,
De odiar,
Regresa al mundo de los vivos.
Un espejo el único testigo,
Se mira y se acaricia el rostro,
Pero ya no es el,
Observa sus gastadas facciones,
La maldad de su rostro,
Sus largas uñas lastiman al hombre del espejo,
Sus lágrimas al fin son libres,
 Desespera  y toma el arma,
Sudores fríos acompañan su último instante,
Con un incansable llanto se arrepiente del tiempo,
De los años,
De lo que se fue y lo que dejo volar,
Otro beso,
Otra caricia de aquella distante dama sombría,
Otra dosis.

Marlon M.

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