jueves, 19 de mayo de 2011

Y volvió a salir el sol.

Y volvió a salir el sol.
Una vez más te espere toda la noche y una vez más no llegaste.
La luna abrazando mi esperanza inútil, la oscuridad calentando mi sueño insomne.
Los surcos en el piso de errantes caminos.
Camino hacia ningún lugar
Papel de bronce, neurona gastada, inicio desatinado.
Flor marchita, nacimiento desesperado de un fruto muerto.
Lagrimal seco, sonrisa triste, felicidad impalpable.
Recuerdo.

Entiendo en el sofoco de las cuerdas que me cantan,
Que la estrangulación deja marcas,
Pero la muerte que acompaña a toda vida desafiante,
Nunca da el beso del adiós sin haber llegado al final.

Escupe en mi cara el entorno desesperado,
El recuerdo no se irá, no es pasado ni pisado,
Es presente y es real, es la vida material,
El olvido es un engaño y de un engaño solo hay vacío.

Desesperación y violencia, el pecho se estremece,
Las paredes sin queja alguna reciben en su ser mi furia,
Fuerte manifestación del enemigo inexistente.
Calma ambigua, momentánea tranquilidad abstracta.

Mi amante de plata se despide,
Un beso en los labios y ya es del horizonte.
Cortas son las horas a media luz.
Al amanecer aún hay estrellas en el cielo.

Garganta seca, humo, canto, palabras.
Vida al máximo, jamás redención.
Soledad encantada, no se puede estar solo,
Un manto de terciopelo negro
Siempre observa sobre el hombro sonámbulo.

La noche a punto de extinguirse,
Esperanza aunque inútil vigente,
Camino hacia ningún lugar,
Camino al fin y al cabo.

Siempre habrá otro amanecer.
Y volvió a salir el sol.

Pancho.

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