domingo, 17 de abril de 2011

Vasta madrugada espesa

Sobre la mesa desparramados
El anhelo y el sentido
Bailando el más dulce canto
Con la pluma y el cigarrillo

Las palabras divagantes de corazones furtivos
Mentes razonantes, sonámbulas de ojos vivos
Buscando el encuentro casual con sueños abandonados
Que se tornan realidad entre cantos trasnochados

Vasta madrugada espesa
Ciudad teñida de rubor
Sombra de mirada intensa
A espaldas de un pensador

¿Has visto alguna vez lo que la luna esconde?
¿Has sentido alguna vez que la muerte te pretende?
Podrías sentir a veces que la podredumbre te rodea
Pero deberás ver entre la mierda la mañana que clarea

Palabras buscan oídos y oídos buscan palabras
Cuando se han encontrado al fin se esconden bajo las sabanas
Para tejer telarañas de existencia comprimida en rebeldía
Ajena a falsas oraciones y aplausos de hipocresía

De lo etéreo a lo profundo en una canción
De la realidad al ensueño en un suspiro
Madrugada espesa y sabia expansiva del verso
Locura amante incondicional libertadora del encierro.

Madrugada, locura
Neblina y sueño
Café, cigarrillo
Un canto y un verso.

Pancho.

Viaje inspirador.

Un cigarro y una madrugada que se apaga,
Una cuidad y una mente con insomnio.
El viento descansa en mi frente y el sudor besa mis manos.
El emisario oculto del alma se posa en mis oídos,
Y en escena, un conmovedor baile de fragancias,
Del agonizante cigarro, y la taza de café color desvelo.

Emprendo el viaje,
Me desvanezco,
Me entrego a la quietud,
A la paz en medio de la guerra,
Escucho atento al cantar de los olores,
El parpadear de los recuerdos,
De golpes y cicatrices,
De la paupérrima esperanza y el íntimo suspiro.

Se rompe el cristal,
Se agudizan los sentidos.
Un desfile de palabras,
De coloridas palabras que sonríen,
Mi mundo se resume en este perpetuo instante,
Alma de papel y tinta color despiste.

Otro cigarro,
Otra caricia a la luna,
Un beso a la imaginación,
Una canción a la penumbra.
Otro poema encarna mi alma,
Se lleva en su figura algo de mí,
De lo que soy,
De lo que nunca mas seré.
Poeta de amarillos palpitares.

Termina ese salvaje instante,
Vuelvo a despertar en el mundo de lo vano,
De lo prohibido,
Vuelvo a ser lo que nunca quise ser.
Vuelvo a ser yo.


Marlon M.

jueves, 14 de abril de 2011

Te observo.

Entre nieblas pobladas,
Llenas de caprichoso olor a duelo,
Te dibujo
Dibujo tu contorno y tus cejas,
Tu olor y tu silueta,
Me pierdo en el incandescente fulgor de aquellos labios,
Bésame solo bésame.
Interpreto y comparo tu cintura con la lluvia,
Esa lluvia de inviernos,
Esa que salpica el alma y reconforta.
Conservo en el cajón de las caricias tus ojos de luna llena,
De corazones desesperados,
De amores terrestres y pies descalzos.
Calco esa sonrisa,
Esa que es solo tuya,
El líquido de tus pechos desemboca en tus paisajes,
En mis balcones,
En mis manos.
En tu entrepierna el universo guardas,
En tus piernas cual niño me desvelo.
Un paseo eterno en aquellas pantorrillas de nieve,
Un eterno espacio en mi colchón,
Una luna y un sol amantes de mojada tierra,
De hormigas y cigarras,
De mi verso y mi alma.
De ti.

Marlon M.

miércoles, 13 de abril de 2011

La más barata de las prostitutas

Así se sintió
porque dio todo a cambio de nada
porque esperaba más y lo olvidó…

La más barata de las prostitutas
Para todos, fácil
Para todos, diversión
Pero lo hizo porque esperaba más que la nada

Siendo una respetable dama
Vilmente terminó en su cama
Ahogada por un sentimiento que la consumió…

Ahora solo es la barata de las prostitutas

Para ella…
Un momento que marcaría su vida
Para él…
Tan solo diversión, tan solo placer…

Más que piel ella comprometió
Y él…
… tan solo jugó

Se enamoró y perdió
Ahora solo es
La más barata de las prostitutas
La que en cada uno de sus encuentros, se entrega por completo;
Entrega hasta el alma…
…tan solo para su deleite

Así, la más barata de las prostitutas planea cada encuentro
Para seguir hiriendo su alma
Para aferrarse a lo que ama…

La más barata de las prostitutas es esa…
Esa, esa es la que te ama
La que te sigue dando todo a cambio de nada…

La diabla.

Pesadillas.

Un inerte silencio,
Un puñado de alaridos,
Las desesperadas agujas del reloj trisan los sentidos,
Te miras desde adentro,
El cigarro quemando las caricias,
Ansiedad y deseo,
Palideces junto al tiempo,  
Un gastado escenario,
Sudores fríos acompañando tu lecho,
Las sombras acarician tu desnudez dejándote caer al abismo,
Acelerados latidos metamorfosean y desembocan en sudor y gemidos,
Sonríes desde lejos,
Te excitas y te entregas a los desconocidos amantes,
Te observan,
Unos negros ojos te observan,
Te devoran,
Invocan al dolor y rasgan tu delicada piel de terciopelo,
La sangre brota,
 Y las ansiosas lenguas se alimentan del elixir,
Dolor, placer mundano, olor a muerte,
Orgasmo.
Amanece,
Los amantes regresan al purgatorio,
Despiertas y divagas,
Un espejo testigo de la batalla,
Te observas,
Unos negros ojos te observan.

Marlon M.

domingo, 3 de abril de 2011

La guerra de los mundos.

Esperan el momento,
Sonríen,
Esa sonrisa de los que lo han perdido todo, y conservan las medallas.
Te acompañan desde la declaración guerra,
Esa guerra a sangre fría, donde no hay banderas blancas,
Donde no hay piedad.

Un niño sin color,
Una lágrima que sigue viva,
Te recorre,
Rasga tus vestiduras.

El alma.
El alma que no tiene fe,
Que Dispara los recuerdos,
Que Susurra para ti bellas historias,
Que te canta funerales.

Ellos te interpretan,
Te dibujan,
Ahora eres papel y tinta,
Ahora eres su lienzo.

Sudor frio,
Pesadillas de ojos abiertos,
Una ráfaga de golpes externos calla a los inquilinos un instante,
Sonríes,
Corres.
Se abre el portón,
Observas con mortal detenimiento otras guerras,
Otros mundos y otros dolores.

Buscas refugio.
Las voces de tu miedo ganan las batallas,
Te devoran,
Te destruyen,
Palideces y tiemblas,
Pierdes naturalidad.

Nervios,
Convulsiones,
Sudores,
Miedos,
Catástrofes internas.

Tomas el arma,
La cargas,
Un vacío y un silencio que estremecen,
Ya no hay dolor,
No hay más tiempo,
No hay más nada.
 
Se han marchado, 
Te han dejado sin paisajes.
Murió la guerra,
La de tu mundo.

Ahora observas el escenario,
No queda nada,
Solo un cuerpo inerte.

Ya no hay nada,
Solo tu cuerpo.
Solo las migajas de tu guerra.

Marlon M. 

viernes, 1 de abril de 2011

Echa al caño

Echa al caño el engaño, convierte en sudor el dolor
Deja que el mundo sea gris y pinta la vida de color
Date dos segundos para gritar y siete vidas mas para reintentar
Deja tu pecho suspirar, tus ojos el cielo atrapar y tu garganta cantar
Para olvidar no fuerces el olvido que te espera en cada recuerdo
No busques con el diablo un acuerdo o te atrevas a llamar al loco cuerdo
No pretendas sacar un clavo con otro de mayor calibre
Aunque sean siete mil los grilletes nunca dejes de ser libre
Muerde la vida de la cual eres el dueño
Por la noche solo deja la sueño ser tu dueño
Rompe la puerta que te atrapa pero sal siempre por la ventana
Prohíbete la autocondena, jamaz un sentimiento pongas en cuarentena
Vuela si es que encuentras tu alas y si no de todos modos vuela
Permite el incendio consumirse pero no apagues la mecha de la vela
Ataca la existencia absurda y abraza el absurdo de la existencia
Arrodíllate para dar las gracias y nunca te humilles al pedir clemencia
Regálate una sonrisa cuando tu rostro la quiera lucir
No te permitas como antes ante la felicidad fingir
Besa otros labios con la calida pasión de la sinceridad
Deja tu cuerpo estremecerse en el abrazo de la amistad
Cuenta sonriente las cicatrices que habitan tu corazón
Nunca pretendas que para ellas no existió una razón
Sin negar lo que has sentido, sin matar lo que has vivido
Date la oportunidad de sentir, busca al vivir un sentido
Echa al caño el desden, entierra de una vez el futuro que en tu cabeza es un engaño
Si hoy es lo que hoy has de vivir el mañana échalo al caño.

Pancho.

sikiatriko

Volver al bosque,
Al que conservo y sueño,
Al de niños arrugados e ingenuos vejestorios.
Hoy se me antoja escapar a ese lugar,
Respirar de otro aire,
Percibir otros cuerpos,
Devorar las luces y el inquietante hedor a común.
Salir corriendo,
Gritar por dentro,
Desgarrar mi vestido blanco y crucificar al tiempo.
Pies descalzos,
Lúgubre ansiedad,
Palpitar de un corazón que escapo,
Que se fue a jugar con el cofre de las pesadillas.
Cadáveres y bicicletas,
Éxtasis,
Charla con insectos,
Volar y cabalgar con la sonrisa de un viajero,
Subir el telón,
Fingir conciencia,
Devorar colores con las fauces de la normalidad.
Regreso al paraíso.
Despierto en el antiguo hospital de las sonrisas,
Al hotel de los turistas invisibles,
Con el verde y el azul de los amigos,
Con las fundadas risas y las platónicas veladas de paredes blancas,
Volver a casa,
Posar y confirmar la macabra postura de un cadáver,
Otra pastilla,
Otro sueño y otra realidad,
Otra velada romántica,
Otra cena con las velas del olvido,
Otro día en el sikiatriko.

Marlon M.