Vestido de angustia un corazón opaco,
Dispersa quietud de sabanas blancas,
Perfectas, rozan lo inalcanzable,
Digieren lo indestructible del alba.
Anochece y dispersos alaridos de la noche rondan tus pestañas,
Una luna de acuarela te sumerge en mis gemidos,
Nos devoran el tiempo y las estrellas,
Angustia y compasión de los mortales.
Y mañana será mañana y nunca,
Y los besos solo fueron besos,
Las heridas y los golpes son canciones,
Los cigarros silenciosos feligreses.
Ay, dulce violencia, dulce soledad,
Tan esquiva y tan costosa,
Tan pendiente,
Tan hermosa en sus tormentos,
Tan enamorada de mis penas.
Diez mil madrugadas y una quimera,
Millones de noches en tu pelo,
Cada atardecer pintado en tu sonrisa,
Cada vida y cada arruga desobedeciendo a tu cintura.
Un despertar en tus cascadas,
Una noche nadar en tu sudor,
Cobijarme con el manto de tus sueños,
En mis versos vives y en tus ojos vivo yo.
Marlon M.
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