martes, 14 de junio de 2011

Tu Nostalgia

No me preguntes ¿Dónde ha quedado ese rostro?
Esa sonrisa, ese abrazo, ese llanto
La fuerza de aquel delgado niño que jugaba a ser insecto
Ahora lo es, tan solo un caparazón fuerte y un corazón infecto
Ni yo mismo se dónde perdí ese vigor
En que recoveco del pasado deje escondido el valor
¿Y tú te atreves a preguntar qué me pasó?
¿Qué tipo de tragedia por mi vida atravesó?
¿Por qué mi canto estos días ya no suena a esperanza?
¿Por qué deje que se apodere de mis pasos la pereza?
Mis ojos te parecen vacuos, tristes y cansados
Mis ademanes lentos y mis males apresurados

Yo también extraño a aquel niño, yo también lo busco en mi lecho
A esa criatura dulce y exaltada, con una sonrisa en la cara y un corazón en el pecho
Igual que tú, yo también recuerdo con anhelo mi juego
Yo también quisiera que de mi no se hubiera apoderado el ego
Sé que existió la inocencia que me reprochas
Sé que hace falta el calor que ya no provocas
Está aun en mi sueño y en mi memoria latente
Aquel cristalino brillo, aquella sonrisa tenue
Esa curiosidad ingenua, imprudencia exploradora
Febril anarquía infante de energía abrazadora
Yo también extraño esos lejanos reinos
Mi memoria también reclama nuestros abrazados inviernos

Pero he de responderte a ti que pretendes no saberlo
El porqué de mi mutación solo hace falta verlo
Tú que me has visto crecer y me levantaste cuando estuve caído
No has logrado observar que de tu lado mi camino ha huido
Ahora te sorprendes al encontrar un ser maduro
Pero no sabes cómo ha sido, crecer solo es muy duro
La curiosidad no me mató pero me llevo a la agonía
El amor no murió pero nació la perfidia
A la inocencia la enterré cuando era verde todavía
Y el corazón lo perdí por amar en contravía  
La fuerza, por necesidad, la convertí en resistencia
El sueño en la realidad se transformó en incoherencia
Y mi rostro cambio, mis rasgos son ahora ásperos
Mi sonrisa se opaco a golpes de desesperos
La sombra que ahora me cubre la fecunde en el olvido
Allí donde nunca admití tu regaño ni tu abrigo

Y este rostro que ves es el mismo que un día viste
Pero ahora ha pasado la vida, la viví como tú la viviste
La he sentido y la he llorado, la he peleado y he perdido
He caído y levantado, he errado y lo he aceptado
Hoy las cicatrices que duermen en mis manos y en mi espalda
Son por las que cargo esta cruz y desenvaino mi pesada espada
Como esas canas en tu cabeza que cubres con tanto cuidado
Como esas arrugas que cobran todo tu tiempo empeñado
Las huellas de nuestros pasos difusos, tan distintos y alejados
Nuestros destinos dispersos que siempre estuvieron atados

Pero no desesperes viejecita que hemos envejecido juntos
Hemos soportado del otro alegrías y disgustos
Ya no preguntes ¿por qué mi rostro se ve cansado?
Mejor alégrate al ver lo mucho que he alcanzado
No te sientas triste al ver que el desdén me consume
Pues la vida es un va ven que de misteriosa presume
Y te aseguro que mañana has de verme sonriendo
Alzando fuerte mi voz y a tu vida cantando
Nuestros pasos perdidos podrán estar distanciados
Pero durante el resto del viaje iremos siempre abrazados.

Pancho.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Que genial poema Pancho.. me saco el sombrero ante esto...

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  3. Quizá la locura más cuerda que te he leído y es
    la primera, debo decirlo, imaginaba q eras bueno,
    pero esto es realmente bueno, logras trasmitir de manera esquisita.

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