lunes, 5 de agosto de 2013

Sin sentido

Gris otoño que tiñe el verano
La oscuridad de mi habitación
El humo gloriosamente condensado
Dejando crecer la inspiración

Llevando al momento justo del colapso
A un rincón del alma el olvido
Haciendo al recuerdo rico y sustancioso
Elemento principal del delirio

Se sacuden las sabanas del polvo madrugado
Que ha llegado a amanecer sin ser perturbado
Despierto junto a mí un sueño inmaculado
Un corazón palpitante con más de un clavo traspasado

Acude al rescate la ira
Para cubrir el desdén
Sacudiendo el puño con furia
Para despedir al Edén

Llegado el infierno al sepulcro
Aunque nadie lo llamó
Haciendo ver dulce y pulcro
Lo que el cadáver siempre odió

Se deshacen las figuras
El humo se ha dispersado
La mañana apaña las dudas
¡Nada ha cambiado!

La ansiedad desfigura el tiempo
Cada segundo una eternidad
El ermitaño se esconde en su templo
Imaginando otra realidad

Las paginas amarillentas
El café y la nicotina
Las únicas herramientas
Contra la absurda monotonía

El sol se reúsa a callarse
Continúa gritando claridad
Resulta imposible calmarse
Con tanta sinceridad

Caen las palabras sobre el papel
Una a otra se remiendan
Haciendo del verso su cárcel
Y la de los que las alimentan

Odio a veces las palabras
Son demasiado insuficientes
Unas muy cortas, otras muy vastas
Y siempre demasiado incoherentes

Doblan al fin las campanas
Un día más ha muerto
El clamor de las calles lejanas
Vuelve a ser un desierto

Escucho al insecto nocturno
Aletear en mi ventana
Como yo… siempre de turno
Buscando respuestas para un mañana

En la noche no es dura la espera
De aquella ilusión que me inspire
Tarda pero siempre llega
Haciendo que sonría y suspire

Esperanza… ese es mi credo
Esperanza de encontrar lo que quiero
Desatar de mi vida el enredo
Y continuar a paso sincero

Forjando con mis manos el destino
Entre flores, humo y placer
Rogando encontrar el camino
En el que encuentre el querer…

Pancho.

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