Mi estigma plagada de diversas formas,
el duelo inconsciente de la estéril plebe,
la luna y su aurora que diseca almas,
la luz y la paz de las historias pasadas.
El viento grita a los guerreros lucha,
el sol penetra entre portales tuertos,
la luna espera y como espejo espera ,
el agua que cura lo que en marte no.
Sabrás que fui libre cuando mis huesos escapen,
sabrás que fui y que me fui a mi lado,
sabrás que soy lo que no supe ser,
sabrás que el tiempo no ha pisado en vano.
no dejes que extirpen mi corazón de tierra,
no esperes lucha sin color de guerra.
la lucha espera por cristales rotos,
hierve mi sangre por matar devotos.
Hierve sangre y corazón con rabia,
pasan horas dibujando muerte,
pasan horas extirpando suertes,
pasan años sin dejar de amar.
Alucinan al llegar la noche,
dictaminan que no volverán,
que han perdido en la batalla en nombre,
que malgastan armas y amistad.
Cuan soluble se convierte el cuerpo,
cuan silvestre puede ser el mar,
caprichoso y victorioso en cuervo,
busca presas dentro de un altar.
Acaricio con ternura al tiempo,
me distraigo si te veo pasar,
si me miras metamorfoseando,
si me escupes cuando empiezo hablar.
Nos veras en cuadros allanados,
nos critica el corazón de huesos,
alterando realidad y versos,
disipando lunas de ansiedad.
Marlon Mendieta.
el duelo inconsciente de la estéril plebe,
la luna y su aurora que diseca almas,
la luz y la paz de las historias pasadas.
El viento grita a los guerreros lucha,
el sol penetra entre portales tuertos,
la luna espera y como espejo espera ,
el agua que cura lo que en marte no.
Sabrás que fui libre cuando mis huesos escapen,
sabrás que fui y que me fui a mi lado,
sabrás que soy lo que no supe ser,
sabrás que el tiempo no ha pisado en vano.
no dejes que extirpen mi corazón de tierra,
no esperes lucha sin color de guerra.
la lucha espera por cristales rotos,
hierve mi sangre por matar devotos.
Hierve sangre y corazón con rabia,
pasan horas dibujando muerte,
pasan horas extirpando suertes,
pasan años sin dejar de amar.
Alucinan al llegar la noche,
dictaminan que no volverán,
que han perdido en la batalla en nombre,
que malgastan armas y amistad.
Cuan soluble se convierte el cuerpo,
cuan silvestre puede ser el mar,
caprichoso y victorioso en cuervo,
busca presas dentro de un altar.
Acaricio con ternura al tiempo,
me distraigo si te veo pasar,
si me miras metamorfoseando,
si me escupes cuando empiezo hablar.
Nos veras en cuadros allanados,
nos critica el corazón de huesos,
alterando realidad y versos,
disipando lunas de ansiedad.
Marlon Mendieta.
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