Desdibujo mi realidad
Arrastrándola sin piedad
Hacia el mundo que he creado
A este paraíso imaginario
En donde al fin puedo sonreír
Sonreír de verdad… sin mentir
La imaginación única salida
Dentro de mi oscura guarida
En donde me guardo con miedo y
recelo
Mi refugio de la tierra y del
cielo
Para poder crear otra historia
Una ya menos sombría
Pero es inútil en verdad
Todo se dispersa con brevedad
No he aprendido a iluminar
atardeceres
Mucho menos a calmar desamores
Todos vuelven con tono amenazante
Revolviendo mi destino
inconsecuente
Solo puedo hablar con mi lápiz
Y más solo siendo solo un
aprendiz
De aquello que no consigo
lograr
Del dolor que estoy dispuesto a
prolongar
Tan solo para encontrar una
palabra
Esa palabra en la que mi
destino descubra
Comencé con infierno en el
prologo
Y ya no puedo hacer brillar el
epilogo
Es el mal de una historia
siempre triste
Que de gris cada frase reviste
Cantando réquiems a su partida
Llorando despedidas en
estampida
Pero en el soliloquio de mi
vida actual
He aprendido algo que me es
natural
Aunque es melancolía lo que siempre
uso
Y a veces de mi soledad abuso
Un buen recuerdo siempre acude
a mi vera
Haciendo mucho más dulce la
espera
¿Qué es aquello que espero?
Tal vez sea algo muy efímero
Encontrar en mi mismo la clave
Que sea de mi felicidad la
llave
O quizá ese momento sin temor
Que me obligue a sentirme mejor…
Pancho.
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