Estupefactos los ojos del mundo ante tu voz,
irremediables sonrisas y llantos en tono feroz,
nos hipnotizas,
nos quitas aliento con solo un tono,
y me enloqueces con cada mandato desde tu trono.
Cuando descubro tu ser en mis letras no conozco el tiempo,
cuando me dejas volar en sonidos olvido el lamento,
cada latido que exploro en tu vientre mi dinamita,
cada sonido que explota en mi vida el beso de afrodita.
Si me transformo en un ser delirante no siento tu mundo,
si por las calles me siento distante, necio y furibundo,
huyo a tus brazos,
calmo la angustia,
reencarno en verso,
voy renaciendo en tus miles de formas,
miles de efectos,
soy otro loco dejando mi aliento en tus sonetos.
Le obsequias sentido nítido a la existencia,
me exiges gastar mis latidos sin apariencia,
escucho tu llanto,
tu grito,
tu espera y tu reclamo,
me visto y me declaro entre tus claves,
soy tu villano y cambio el mundo en tu nombre,
siervo de tus formas,
de tu perfecta alineación con las palabras,
ciego relator de amor,
de ganas y locura.
Acelerados los ojos del mundo cuando despiertas,
empieza el canto y millones de fieles se ponen de fiesta,
aglomerado el humano se cansa de ser una piedra,
le impones ritmo al calvario de muchos que no aparentan.
Si se desatan las guerras,
si se oprime aquel botón,
cantaremos por el viento,
viviremos en lamentos,
moriremos siendo un ritmo,
moriré siendo canción.
Acústica inocencia de los viejos,
poética violencia de dolor,
magnética amplitud entre dos mundos,
profética y perversa vanidad.
El llanto de inocentes si reclamas,
la magia de millones que amaran,
el ruido del silencio si te escondes,
la eterna e invencible majestad,
música.
Marlon Mendieta.
irremediables sonrisas y llantos en tono feroz,
nos hipnotizas,
nos quitas aliento con solo un tono,
y me enloqueces con cada mandato desde tu trono.
Cuando descubro tu ser en mis letras no conozco el tiempo,
cuando me dejas volar en sonidos olvido el lamento,
cada latido que exploro en tu vientre mi dinamita,
cada sonido que explota en mi vida el beso de afrodita.
Si me transformo en un ser delirante no siento tu mundo,
si por las calles me siento distante, necio y furibundo,
huyo a tus brazos,
calmo la angustia,
reencarno en verso,
voy renaciendo en tus miles de formas,
miles de efectos,
soy otro loco dejando mi aliento en tus sonetos.
Le obsequias sentido nítido a la existencia,
me exiges gastar mis latidos sin apariencia,
escucho tu llanto,
tu grito,
tu espera y tu reclamo,
me visto y me declaro entre tus claves,
soy tu villano y cambio el mundo en tu nombre,
siervo de tus formas,
de tu perfecta alineación con las palabras,
ciego relator de amor,
de ganas y locura.
Acelerados los ojos del mundo cuando despiertas,
empieza el canto y millones de fieles se ponen de fiesta,
aglomerado el humano se cansa de ser una piedra,
le impones ritmo al calvario de muchos que no aparentan.
Si se desatan las guerras,
si se oprime aquel botón,
cantaremos por el viento,
viviremos en lamentos,
moriremos siendo un ritmo,
moriré siendo canción.
Acústica inocencia de los viejos,
poética violencia de dolor,
magnética amplitud entre dos mundos,
profética y perversa vanidad.
El llanto de inocentes si reclamas,
la magia de millones que amaran,
el ruido del silencio si te escondes,
la eterna e invencible majestad,
música.
Marlon Mendieta.
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