Tanto te busque cuando no estabas,
Tano soñé que te encontraba,
Tanto anduve sin hallar,
Tanto me dedique a imaginar,
Tanto y nunca llegabas,
Pero no me rendí…
Y de repente…
Empecé a encontrarte,
Te veía,
Te me antojabas cercana,
Parecías tan palpable…
En todos lados,
En otros rostros,
En otros cuerpos,
En la gente,
La calle,
Los espejos,
En donde no había nadie…
Y tanto te tuve,
Que me acostumbre a ti,
A tu presencia silenciosa,
A tus caricias imaginarias,
A tu sonrisa en otros rostros,
A tu mirada en mi recuerdo,
Y me aferré a ese encanto…
A la luz poética del delirio,
A esa ausencia sin ausencia,
Al silencio tan ruidoso,
A los besos sin labios,
Los amores sin sabanas,
Los te quieros mudos,
Las caricias tacitas,
Y las noches frías…
Pero sucedió,
Era inevitable,
Finalmente,
Ya sin buscarte,
Te encontré realmente,
Pero,
De tanto tenerte sin tenerte,
Ya no te reconocí…
Pancho.
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