Quise limpiar de mi vida lo último que
me quedo de vos
Un abrazo vespertino, una carta, una
canción.
Lodo de mis botas de pasos casi
perfectos
El olor de mi almohada de tu perfume y
sudor.
Una noche en mi memoria y mil en mi corazón.
Pero ¿qué carajo es el pasado?
Cuando desafiante el presente se
empecina en recordarlo
Nada se va y aun así regresa
Un te quiero despiadado
Un abrazo sin razón
Una indiferencia fingida
La casualidad de un encuentro
Una despedida sin adiós
Quise limpiar de mi vida lo último que
me quedo de vos
Absurdo en mi rebeldía por hacer lo que
no quiero hacer
Ni el abrazo vespertino, ni la carta, ni
la canción
Todo se queda intacto, se aferra a su
sinrazón
Y aun al despertar te busco pensando que
somos dos.
Guarde el trapo y la escobilla
Y escondí mi funesta guadaña
Pues no quiero matarte en mi vida
Prefiero recuerdo en melancolía
Quiero embarrarme un poco más
Con todo lo que me quedó de vos.
Pancho.
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