Con el franco descubierto,
El sudor disfrazado de invierno,
La cara casi aguacero,
Y a la espalda sosiego,
Se disparata la alcoholemia,
En busca de un dios de alquimia,
Que transforme lo oscuro en claro,
A la noche dándole paro con la absurda luz de una faro,
Para creer que lo ha logrado y al fin cambiar de color,
Pues sabe bien que no es lo mismo poder ver la rosa completa, que solo sentir su olor.
Ha de preguntarse qué ha hecho, fue tan terrible el pecado?
Si ningún mal ha procurado pero su castigo ya fue dictado.
O acaso es su propio fallo? Es el culpable de su dolor?
Por haber cambiado una rosa negra después de sentir su calor.
Por un lirio de azul color que solo habita en su pecho,
Si solo quiere oír su canto durmiendo en su triste lecho.
Granizo al amanecer su piel será
La tarde sus hojas barrerá.
El otoño pronto se hará presente
Y quien hoy ha buscado un color, mañana se hallara ausente…
Pancho.
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