lunes, 16 de enero de 2012

Un lugar.

Si al atardecer de una noche, vuelvo a verme envuelto en brisas madrugadas. Entonces habré vuelto a mi lugar…

Que ahora el lejano viento y las risas de un nuevo reencuentro me han hecho dejar atrás… retornar a este leve rincón del vacío, donde entre mis restos baldíos y retoños marchitos oculte mi última rosa a cortar… y hoy, que la vida parece otra vida, y todo ha vuelto a su lugar, la gente se apresura a ver ruina y ansía sin gloria su final. Final que no he visto en mis cartas y que a pesar de buscarlo incesante, no he podido encontrar. O quizá él, ya sea por tedio o despiste, por amor o angustia no me ha podido hallar… O será tal vez, ¿qué mi cuerpo clama al camino?, ¿qué extraño los páramos fríos de aquella lejana ciudad?
Cabe la posibilidad del rompimiento de frenéticas fuerzas que por mi amarga presencia ya no saben encajar…

Si presume el mundo su derrota, si amenaza el reloj con dejar de sonar y lo único que yo veo es entre nubes el sol que ha de volver a brillar. Sin embargo el calor ha huido y mi voz a empezado a callar, la naturaleza seguirá su rumbo pero mi particular existencia no importará más… pues la vida parece ocupada en ocultar recuerdos más valiosos a los que yo guardo en el diván… y la muerte, que ha perdido sus ojos y con ellos también su encanto, ahora parece adivinar pues ya no me habla al oído en las noches y sus pazos parecen al azar… estoy seguro que no ha de encontrar mi olor, olor a fruta prohibida, olor a humo y cenizas, olor que es su propio olor…

Es así que la existencia se escapa, que en mi mano no se ven líneas y no encuentro los hilos precisos con los que pueda una vida bordar… ya lo dijo aquel cantor “caminar y caminar”. Yo que ya solo escucho su canción no puedo más que hacerme a andar, a seguir buscando aquello que no se me ha perdido, en los mismos rincones donde nunca lo he encontrado… y es que tal vez es mejor caminar a la deriva que aprender finalmente a parar… y esperar que volverme a encontrar, frente a frente conmigo, en el que sea mi lugar…

Pancho.

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