Me
cansa el tiempo,
Me
agobia el sueño,
Extraño
el olvido,
Anhelo
la calma.
Mis
espacios se desfiguran,
Mis
palabras se tuercen,
Las
miradas son ambiguas,
Las
presencias incomodas.
El
mundo quedo en coma,
No
solo las nubes tiñen de gris el cielo,
Los
sapos en la noche cantan ahora con tristeza,
Maltrecha
la luna ya no sonríe mientras mengua.
Otra
vez es mi piel que no quiere obedecer,
Que
quiere sentir otro cuerpo latiendo en un solo ser,
Como
esa maldita toz cuando uno empieza a envejecer,
Que
se aguanta por costumbre pero no por eso deja de joder.
Ha
dejado de llover,
Se
aproxima la tormenta,
La
medula es la sinrazón,
La
columna la caída.
Me
basta un solo despertar para saber que todo ha cambiado,
Tal
vez sea por eso que el insomnio es quien me abriga,
No
encuentro la sutileza para expresar mis motivos,
Ni
tampoco la suspicacia para entender lo que escribo,
Tan
solo una propuesta le queda a mi pluma cansada,
Un
encuadre somnoliento de un mundo que aun brilla.
Tres
metros sobre las nubes,
Allí
me puedes encontrar,
Si
te decides a volar,
Quizá
estaré esperando.
Solo
sé que estoy cansado,
Que
es una propuesta sin caso,
Tal
vez no la encuentres o no la aceptes.
Tal
vez tú desates la tormenta,
Tal
vez sea tu piel que me brinde la calma,
Y
tal vez… ¿Por qué no?
Si
me decido a soñar sobre las nubes.
Al
despertar te encontraré a mi lado.
Pancho.
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